Creatividad a plazos.

Se castiga lo negativo
y se ignora lo positivo.

Sigue reforzando lo que te molesta
porque no te conviene,
y lo bueno,
como no es tuyo,
no te importa una mierda.

Me harta intentar crear,
si alguien está ahí hará como si escucha,
pero solo asentirá.

Y la rabia de mi yo más creativa
me dará dos hostias solo para decir:
"No sirves para nada,
no lo hiciste aún, pero ya poco interesa.
La persona que más te admire
hará oídos sordos
a cualquiera de tus palabras."

Mis dedos tiemblan
a la cercanía de un teclado,
mi voz se quiebra
al lado de un micrófono,
pestañeo incansablemente
a la vista de una lente.

De qué sirve la creatividad
si tu inseguridad
la romperá en mil pedazos.

Y no es
hasta que soy la más valiente,
hasta que callo a los demonios,
hasta que cierro los ojos
y tapo mis oídos.
No sucede hasta ese momento.

Antes de eso
solo soy una más,
con ideas atrofiadas
y miedo a las palabras.

PD:
Que esto vuelva a repetirse.

Comentarios