Perfecta imperfección.

Estoy cansada. Mi actitud me corroe por dentro, como si un demonio se escabullera por mi boca y cogiera mis buenas intenciones y, entonces, éstas se convirtieran en dolor ajeno. Y es que no me siento merecedora de tal arte como la poesía, cuando mis palabras solo dañan. Mis dedos solo rompen y mis manos no hacen nada. Mi cuerpo se inmoviliza, inerte, ante una situación de derrumbamiento. Y mis ojos solo miran, como quien mira una obra de Dalí, intentando buscar una explicación que solo el mismo autor conoce, y jamás vas a poder comprender aquello en su totalidad, por mucho que te acerques. Porque, al final, tu no has puesto el color, no has cogido el pincel, no has dado tu corazón, no has callado tu mente, no has hecho nada para que naciera, solo observas. Callada y ausente, solo miras como se consume. Y eso, cuando tu has sido el motivo, es injusticia. Porque no haces nada para mejorar, porque te callas y guardas y no cambias, ni para mejor ni para mal. Y eso es tan horrible como q

No puedo más con la poca empatía de la gente que me rodea. Si no lo han vivido no lo comprenden, y eso sí que no lo entiendo. Que hablen tanto me cabrea, que no sepan nada me enfada, que sigan así hasta que estalle, entonces no quedará nadie para hablar. Quiero gritarles en la cara que el mundo no es lo que hay en su mente, que no todos son como ellos y que lo que nos caracteriza a la raza humana es la puta diversidad. Tu (falsa) libertad de expresión acaba cuando empieza la mía. Esas voces chirrían en mi cabeza destrozada, por culpa de comentarios que me harté de escuchar. Nunca he sido como me dictan y eso les enfada, porque no tengo el cuerpo adecuado ni la mente que debería. Porque me enfado, y no me callo, porque lucho por lo que creo y nunca me canso de ello. "Callada estás más guapa", y tú siendo empático serías al menos mejor persona. Gritando estoy más guapa, luchando soy mejor, estando en contra de tus ideales de mierda

Se castiga lo negativo y se ignora lo positivo. Sigue reforzando lo que te molesta porque no te conviene, y lo bueno, como no es tuyo, no te importa una mierda. Me harta intentar crear, si alguien está ahí hará como si escucha, pero solo asentirá. Y la rabia de mi yo más creativa me dará dos hostias solo para decir: "No sirves para nada, no lo hiciste aún, pero ya poco interesa. La persona que más te admire hará oídos sordos a cualquiera de tus palabras." Mis dedos tiemblan a la cercanía de un teclado, mi voz se quiebra al lado de un micrófono, pestañeo incansablemente a la vista de una lente. De qué sirve la creatividad si tu inseguridad la romperá en mil pedazos. Y no es hasta que soy la más valiente, hasta que callo a los demonios, hasta que cierro los ojos y tapo mis oídos. No sucede hasta ese momento. Antes de eso solo soy una más, con ideas atrofiadas y miedo a las palabras. PD: Que esto vuelva a repetirse.