Vuelvo, vacía.
Todo se viene abajo
y no sabes qué hacer.
Te ha consumido la
oscuridad,
el frío, el vacío.
Ni tus pasiones te salvan
de caer en lo más
hondo;
nada te ayuda a subir de nuevo,
a volver a respirar.
Qué haces cuando
la
última oportunidad para ser feliz
también falla;
lo que creías que te salvaría
de la nada
tampoco funciona.
Años buscando una salida
en este pozo sin fondo,
y
ya no te quedan soluciones.
No te quedan ideas,
esperanzas o fuerzas.
Queda lo
que te hundió,
queda lo que te ahoga,
lo que te arrastra,
lo que no tiene
nombre y sigue gritándote:
“no sirves para nada”.
Ya nadie te apoya,
porque nadie es lo que queda.
Todos se han ido o lo planean.
Y qué debes hacer cuando te ves solo
en
el momento más aterrador,
en la pelea más dura, contra ti mismo.
Ahora es cuando puedo decir:
“se me ha acabado todo”.
Se ha
terminado tanto,
hasta el punto en el que
se terminaron los intentos
de incluso
abandonar,
de incluso dejarlo todo.
Y es ahora cuando digo:
"qué es lo que debo".
Es ahora cuando puedo decir
con toda seguridad:
"así se siente estar solo".
Comentarios
Publicar un comentario